Quien presuntamente había secuestrado a la joven Franyeli Guerrero, Ernesto Javier Sierra Dávila falleció «tratando de escapar».
De acuerdo al twitter del periodista Delmiro De Barrio, quien simplemente publicó la versión que sus fuentes ofrecieron sobre el caso, a Ernesto Javier Sierra Dávila, lo trasladaban cuando a la altura del kilómetro 93 de la Autopista Regional del Centro, Sierra Dávila aunque iba esposado, recordó su entrenamiento de funcionario policial y provocó un choque, al usar sus esposas colocadas en sus muñecas para tratar de ahorcar al chófer, quien terminó chocando primero contra un camión de carga y después contra un árbol.
Como seguramente él iba en la parte de atrás, no le pasó nada. Desarmó a su otro custodio y se bajó del automóvil para huir hacia el monte. Tuvo tiempo de herir a otro funcionario del Cicpc pero al final cayó «abatido» bajo fuego enemigo.
Esa es la historia que ha generado todo tipo de reacciones en las redes sociales por lo inverosímil pero que sirve para desviar la atención del foco del hecho y es que Sierra Dávila no fue quien secuestró a Franyeli, quien sí detallan bien la foto de su liberación, está más gorda que cuando fue secuestrada.
Incluso hay un video de la joven celebrando con una botella de lo que parece champagna al lado de una Ford Runner, de paquete, como diría Don Francisco, su libertad, palabra que ella misma dice pero sin mucho convencimiento.
Franyeli Guerrero celebró su liberación luego de estar más de cuatro meses secuestrada en el estado Barinas.#PuebloYGobiernoActivos #CrisPorta23M #yoveosálvame pic.twitter.com/lDdwBey3tN
— Gabriela Alvarez (@LuisAna97m) May 23, 2022
El hecho violento seguramente persigue ocultar que Sierra Dávila era miembro del segundo grupo que secuestró a Franyeli Guerrero.
A la joven se la llevó desde el centro comercial Alto Barinas, una banda que tiene su «actividad laboral» en la frontera entre Venezuela y Colombia, cosa que todo el mundo sabe en Barinas, Zulia y estados vecinos.
Esta banda es de la narcoguerrilla y de acuerdo a informaciones extraoficiales, la familia de Franyeli Guerrero, está vinculada al sector de lavanderías.
Como esta banda, la primera, tiene el secuestro como una fuente de ingresos alternos, sabía como dar fe de vida todo el tiempo y que no los atraparan jamás, además de que parecen tener amigos en todas partes; en Barinas; en Caracas; en Bogotá; en Medellín.
Luego que ellos cobraron, le entregaron a Franyeli a la banda donde estaba Sierra Dávila y seguramente más gente pero esta vez del lado de Venezuela y cuando estaban cobrando los 750 mil dólares que pidió la gente de Sierra Dávila, es cuando los funcionarios de la policía nacional de Barinas «descubren» a un sujeto en una mata y es quien presuntamente echa todo el cuento.
Claro, no hay que desmerecer los «genuinos esfuerzos» de efectivos del Conas y del Cicpc, motivo por los cuales desde Nicolás Maduro para abajo felicitaron a los rescatadores.
Entre los cuatro detenidos, además de Sierra Dávila, conocido como un rico abogado presuntamente dueño de varias fincas en ese territorio de felicidad que tuvieron los Chávez, bien cuidado y con todos los servicios durante 20 años como es el estado Barinas, hay un efectivo de la GNB y otra persona, pero sus identidades no son conocidas, seguro porque es parte del Sumario como dirían en Fiscalía o en los tribunales.
Tradicionalmente las bandas narcoguerrilleras vinculadas al secuestro, luego que cobran «entregan» el paquete a otra banda más pequeña para quitarse el problema de encima; eso habría ocurrido con Franyeli Guerrero y así es como Sierra Dávila llega al asunto.
Como ejemplo de que eso ocurre con mucha frecuencia, ese parece fue el caso con Richard Boulton, hace algunos años, cuya familia pagó el primer secuestro y logró que lo trajeran al país donde otra banda lo recibió y volvió a pedir rescate.
La cosa fue tan fuerte, en la ocasión del secuestro de Boulton, que tuvo que intervenir Caracas a través de uno de esos brazos comunicantes entre el gobierno y la guerrilla y así fue que Boulton fue «rescatado», ustedes saben aplicando la experticia aprendida en la década de los sesenta cuando se «secuestraba» para conseguir dinero para el movimiento.
Es posible que ahora sí el caso de Franyeli Guerrero pase al olvido. No podía pasar porque Sierra Dávila sabía demasiado y no era conveniente que anduviera por allí con esa información. Eso es lo único que justifica la foto donde a pesar de estar detenido y esposado muestra una actitud desafiante.
Él (Sierra Dávila) pensó que estaba seguro y tenía todo bajo control y en su mirada enviaba un mensaje pero bueno, el problema en Venezuela, aunque ya se arregló, es que gobiernan demasiadas personas con pasado delictual, formación delictual y vínculos delictuales. Eso es todo. Por eso es tan difícil salir de ellos.