César Riveras
SUTISS no estaba allí. No vino anexo a la fábrica. No señor, surge mucho más tarde, por la evolución de la lucha, al unificarse en una sola, la diversidad de organizaciones sindicales existentes hasta entonces, en el seno del movimiento de los trabajadores que prestaban servicios en la Planta Siderúrgica del Orinoco, más conocida por sus siglas SIDOR. Antes PSO.
Antes también, como respondiendo a la realidad laboral de la época, me refiero al comienzo de los años sesenta del pasado siglo veinte, cuando vigente estaba una ley del trabajo que nos clasificaba y nos dividía entre «empleados» y «obreros» dando pie a que la empresa nos discriminara entre obrero y empleados clase o nóminas A, B, C, D o E; aplicándonos contratos individuales de trabajo específicos y con condiciones distintas, entre cada uno de los grupos.
Así mismo comedores y autobuses «para empleados»; sin acceso para obreros y para estos «los demás.
Unos «ficha verde» otros ficha blanca, ficha roja o ficha gris. Unos «casco blanco», otros, casco verde, rojo o gris.
Cada color un grupo. Cada grupo un contrato. Cada contrato un nivel, una escala y unas condiciones.
De ese, y en ese, ambiente laboral surgieron, el Sindicato Único de Trabajadores del Metal (SUTRAMETAL); la Asociación de Técnicos Metalúrgicos (ASOTECMETAL) y la Asociación de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Sus Similares (ATISS); además de la Asociación de Profesionales de la Planta Siderúrgica del Orinoco (APPSO), siendo ATISS la de mayor fuerza, aceptación trascendencia y prestigio, desde entonces y durante su gloriosa trayectoria.
La lucha por la reducción de la jornada semanal de trabajo, que era entonces de 48, 44 y 42 horas; según fuese diurna, mixta o nocturna; la pelea por romper el cerco navideño de 15 días de aguinaldo (sin utilidades), en cuyo desarrollo sufrimos una dolorosa derrota, tras una huelga de 42 días que nos costó el despido de 514 compañeros, en el año 1971.
Por la vivienda, por la salud, por el transporte para los que habitaban en Ciudad Bolívar y Upata; los cuales viajaban «por su cuenta» ya que no les reconocían sus residencias en lugares fuera del Distrito Caroní.
Como corolario, la histórica lucha y victoria por la definición del concepto SALARIO y su ámbito de aplicación en sus modalidades de salario íntegro y salario normal.
Líderes y liderazgos forjados y formados en ese ambiente y al calor de ese movimiento, trascendieron las cercas de la fábrica y las fronteras del estado, transformando al movimiento en luz, ejemplo y guía del sindicalismo venezolano.
Pedro Rodríguez, Andrés Marcano, Luis Malavé y Adolfo Taly; se sucedieron en la Secretaría General de ATISS, como instrumento, como herramienta eficaz y eficiente, en la constante y combativa lucha del glorioso movimiento de los trabajadores siderúrgicos.
De allí salió SUTISS; pero lo comentaré en mi próxima nota. Hasta entonces.!
César Riveras 2673286. Trabajador jubilado