Carmen Carrillo
El próximo fin de semana asume en Colombia Gustavo Petro y cambia la realidad para los llamados “migrantes del dinero”.
A los venezolanos que estamos fuera siempre nos ha llamado la atención cómo quienes dicen defendernos del régimen de Nicolás Maduro lograron resolver su vida con tanta facilidad. Cómo han logrado un nivel de vida que no habrían conseguido trabajando alguna vez en Venezuela o en cualquier parte del mundo.
Por eso es que me preocupa mucho saber a dónde van a ir a vivir estos amigos que operaban desde Colombia en “nuestra defensa”.
Digo de la llamada diáspora venezolana que según las cuentas de Miguel Pizarro, alcanza los casi 8 millones de venezolanos por el mundo. Afirma él, más grande que la siria y que la ucraniana.
Menos mal, porque así no los dejan por fuera en la repartición de la “Ayuda Humanitaria” que los países desarrollados han puesto en marcha para evitar que “los pobres de la tierra” los invadan.
Iván Duque, ya casi expresidente, fue tan pana que los ayudó a gestionar mucha de esa ayuda humanitaria. Eso no va a pasar con Gustavo Petro.
Por eso en estos momentos hay una pelea trancada entre el grupo de Julio Borges contra el grupo de Leopoldo López que representa David Smolansky.
Comienzan a pelear por la plata que otorgan los gobiernos como Ayuda Humanitaria para los migrantes venezolanos. De allí el nombre de los migrantes de la plata.
Julio Borges salió a montar la “Plataforma”, (una página web y un whasapp) llamada Hermanos Venezolanos.
Tiene que trabajar para justificar ese dinero.
Este año se anunció que cerca de mil 700 millones de dólares serían para la “Ayuda Humanitaria” sólo para los venezolanos.
De acuerdo a la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) en diciembre de este año habrá 8.9 millones de venezolanos en 17 países de América Latina y el Caribe.
O sea pues, dividamos ese dinero entre los y que según 8 millones de venezolanos que estamos fuera del país.
Serían aproximadamente 212 mil 500 dólares por venezolano.
¿Se imaginan lo que podríamos hacer con ese dinero los 8 millones de venezolanos que nos marchamos para sobrevivir en otra parte?
Comenzaríamos por ponernos al día con el pasaporte, que si es difícil en Venezuela, fuera es peor porque los representantes del gobierno interino de Guaidó no sirven para nada pero los de Nicolás Maduro son iguales, tampoco sirven para nada y cobran todo, ambos.
Algunos seguro montaríamos algún emprendimiento lo que nos permitiría enviar dinero vía remesas a nuestras familias en Venezuela.
Serían tantos los problemas que podríamos resolver que estaríamos mucho mejor y creeríamos en esa “Ayuda Humanitaria”.
Es más, muchos no se irían por la horrible selva del Darién, pesadilla que no es nueva.
Primero es ruta de narcotráfico hace años y segundo fue lo que quedó del pedazo que Estados Unidos le quitó a Colombia para crear Panamá y el Canal de Navegación.
Podrían comprar su pasaje de avión y llegarían con dinero en mano para ser emprendedores por lo que el Tío Sam los recibiría con los brazos abiertos.
Pero no. Los migrantes no hemos visto esa “Ayuda Humanitaria” más allá de la “Plataforma” Hermanos venezolanos publicada esta semana en la prensa de la oposición y seguro que hasta allí llega.
“Ya hicimos el trabajo” dicen en el grupo de flojos de Julio Borges.
Eso es del lado de Julio Borges donde además van anotados Gaby Arellano y posiblemente los Guanipa.
Gaby no se puede mover de Colombia porque ella “heredó una fortuna de una tía rica lo que le permitió comprar un edificio de apartamentos y ahora debe cuidar esa inversión familiar”.
Ella si es verdad que va a tener que mantener un muy bajo perfil pero Julio Borges y su familia deben movilizarse.
Están analizando a dónde se marchan.
Del lado de Leopoldo López, o sea los otros “guardianes de la Ayuda Humanitaria” con David Smolansky como vocero, comienzan a pensar cómo hacer para obtener más dinero de esa “Ayuda Humanitaria” y evitar que Julio Borges y sus “ayudantes” se la quiten.
Me parece escuchar a cada uno diciendo en perfecto inglés o francés, según sea el oficial del caso, que los de Borges son unos malandros y no se les puede dar apoyo o decir, que los de David Smolansky son unos delincuentes y no se pueden ayudar.
O a Miguel Pizarro, el representante de Juan Guaidó para la “Ayuda Humanitaria” diciendo que ellos (Borges y Leopoldo) no representan al gobierno interino y que no es conveniente darles dinero porque se va a desaparecer.
Sí, en verdad me preocupa mucho la suerte de los migrantes del dinero porque podrían empezar a pasar trabajo y verían la vida que vivimos quienes no formamos parte de esos combos políticos que “luchan intensamente” por la libertad de Venezuela.
Si chichi, les creí y fui feliz. Y vengan de a uno como dicen en twitter que aquí los espero.