Este lunes de acuerdo a las redes sociales, cerca de 70 personas, casi todas mujeres, terminaron realizando una protesta en la sede de Tributos Caroní, dependiente de la alcaldía de Caroní, debido a que no les permitieron cancelar sus impuestos, si no pagaban el servicio de aseo urbano a Fospuca.
La situación llegó al extremo de que los ánimos se soliviantaron, y al final tuvo que intervenir la policía municipal a pedirle a los manifestantes, todos o la gran mayoría comerciantes, que abandonaras las oficinas de Tributos Caroní.
En Ciudad Guayana ocurre el síndrome de los conejos detrás de los perros. Si el poder emana del pueblo, aplicando el artículo 5 de la Constitución Nacional, ¿Quién le otorgó ese poder a Fospuca, de ser el veto para el ejercicio de un deber ciudadano como lo es el pago de los impuestos, en este caso municipales?
Aunque el alcalde Tito Oviedo fue electo con los votos de los ciudadanos, sus decisiones no son ucases o decretos reales, que le permiten a él transferir el poder ciudadano a una empresa privada como lo es Fospuca.
Pero en Ciudad Guayana todo es posible, cuando se permitió que un sujeto quebrara las empresas del sector aluminio porque él era quien comercializaba lo que producían las reductoras de aluminio del Estado y era quien pagaba como le parecía y a nadie le pareció eso mal, por el contrario, celebraban todo lo que el tipo hacía, donativos, escuelas de música, aportes a la gente, cuando en verdad esa «caridad» que el sujeto practicaba lo hacía con el dinero de todo los venezolanos o guayaneses, en este caso en particular.
Bueno algo así, sucede con Fospuca, el alcalde Oviedo y los concejales, de la llamada opoficción y del chavismo. Fospuca ahora tiene más poder que Oviedo y los ediles, quienes fueron electos con los votos del pueblo, ¿Qué tal?