A pesar de todo lo que ha hecho el gobierno contra las primarias hasta Henry Ramos Allup está emocionado, al punto que le dijo a Margarita Oropeza una frase brillante: “La oposición no puede declararse en huelga electoral si gana un inhabilitado”.

Ciertamente para lo único que ha servido Ramos Allup, es en sus discursos como jefe de fracción parlamentaria, por eso lo llamaban “pico de plata”.

Personalmente creo que podría no haber primarias pero la emoción que tiene el venezolano porque puede participar en la escogencia de su candidato de oposición, es inmensa.

Excepto claro para los 7 millones 700 mil venezolanos que se encuentran fuera, esa que es la “fuerza de Leopoldo y María Corina” porque un poco más de 300 mil venezolanos fuimos los que nos inscribimos.

Para muchos las primarias y participar en las elecciones, de cualquier tipo, no son más que una pérdida de tiempo.

En la oposición gracias a la “sargentada” política se convirtió la abstención en una forma de protestar (¿?), cuando en todo proceso democrático, la abstención es un problema: Es más, los viejos decían que votar nulo o abstenerse era apoyar al gobierno. Y sí, eso es muy lógico.

A 40 días las primarias siguen transitando su ruta, accidentada, llena de pájaros de mal agüero, de enemigos internos que son los peores y de ignorantes que creen saber de política. Pero allí van.

Ahora, quienes se oponen a las primarias y creen que la salida es a tiros, deberían contar por lo menos con algún tipo de ejército y si es posible, deberían ellos ir al frente  como hacía Simón Bolívar que derrotó a un imperio.

Para los tiranuelos que buscan salidas por la vía de la fuerza debe ser más fácil.

Después de todo Maduro no es más que un sindicalista del Metro de Caracas y unos 1200 cubanos que manejan el poder de fuego de nuestras Fanb, además de unos 20 mayores generales, general en jefe, generales de división y brigada, coroneles y tenientes coroneles, deben ser fáciles de derrotar.

Cuando yo vea a uno de esos próceres de la oposición al frente de un ejército, aunque sea de gañanes, marchando firmes para derrotar al régimen, entonces, sólo entonces, entenderé que los demócratas estábamos equivocados. Mientras tanto apelo al arma del voto. Es menos cruento.

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Dolió tanto el acuerdo Capriles/Rosales que el leopoldismo, que apoya a María Corina, tiene una campaña vil y sucia contra esos ciudadanos.

Ojo, ninguno es santo de mi devoción pero ¿Cuál es la diferencia entre esos “libertarios” y Diosdado Cabello? Sobre todo en lo soez del lenguaje. Parecen alumnos de Mario Silva.

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El comando de campaña de María Corina Machado en Bolívar impacta. Poca gente joven. Mientras el comando de campaña de Capriles en Caroní, tiene sus adultos mayores y sus jóvenes. Se ve vivo. En cambio el de Maricori, le falta como energía.

Carmen Carrillo