Para muchos un año terrible, para otros lleno de éxitos y logros alcanzados, definitivamente, todo depende del cristal con que se mire, lo cierto es que ya se termina el 2023 y el próximo año está a la vuelta de la esquina y trae sin duda alguna muchos retos, está en cada quien aprovechar lo mejor del tiempo, que por cierto, pasa volando.

La magnitud de la crisis que se vive y se siente a diario, obliga a miles de personas a tomar diferentes decisiones, lo verdaderamente importante es no perder el foco.

En 2024 habrá cambios significativos sin lugar a dudas en la geopolítica internacional, cambios que repercutirán en nuestro país.

Por una parte, se llevaran a cabo elecciones en Estados Unidos; todo indica que de ser Donald Trump el candidato opositor a Biden, este puede volver a ser Presidente, pero aún falta mucho y varias cosas están por definirse.

Las últimas acciones de la administración actual no han caído del todo bien en lo que a Venezuela respecta.

No se entiende la doble moral en intentar frenar al régimen de Maduro y por otra parte negociar y flexibilizar las sanciones, cuesta entenderlo, ojala sea un riesgo calculado y no otra cosa.

En nuestra Venezuela hay mucha fe y esperanza en que el venidero proceso electoral pueda traer un cambio sustancial.

Sin ser ave de mal agüero, sinceramente no veo nada fácil que eso suceda sin que el actual régimen tenga presión internacional real y no la ficción de las sanciones que van y vienen sin que el pueblo sienta mejoras.

Menciono la presión internacional, debido a que aun con todo lo que ha sucedido, políticamente hablando, la oposición venezolana sigue sin rumbo concreto.

Los partidos políticos otrora poderosos y con seguidores a granel, hoy lucen secos y sin horizonte, si eso no se recupera no habrá motivación que valga.

Las esperanzas están cifradas en María Corina Machado por el momento.

Algunos piensan que por haber ganado las primarias opositoras todo esta logrado, nada más lejos de la realidad.

El asunto es que si no es habilitada y se le permite postularse ante el Consejo Nacional Electoral, el resultado estará prácticamente cantado.

Es decir, mínimo habrá Chavismo hasta el 2031, cosa nefasta, de allí que deben tomarse en serio las consecuencias de no hacer las cosas bien y pronto.

Por experiencia propia, una de las causas de tantos fallos y errores dentro de la oposición venezolana y sus partidos políticos, está en el hecho de que muchas de las cabezas de esas organizaciones, no se dejan ayudar por quienes saben y son expertos en los diferentes ámbitos del aspecto electoral, no delegan, solo una cúpula decide y define, la lucha por ser el que más sabe atenta contra el logro de los resultados necesarios, me atrevo a afirmar que la oposición tiene una gran responsabilidad en lo que sucede actualmente.

A la fecha indicadores alarmantes reflejan que el modelo Chavista que desmontó todo lo que había, para fundar nuevos parámetros, simplemente ha fracasado y no existe capacidad de respuesta ni de parte del oficialismo como tampoco de la oposición desarticulada como está en este momento, hiperinflación asfixiante, el aumento de la pobreza, los más de 7 millones de venezolanos que han tenido que huir del país, convirtiéndose en la mayor crisis migratoria del mundo a la cual no se le da la publicidad necesaria por cierto.

La escasez de combustible en el país con las mayores reservas petroleras del planeta, la crisis eléctrica que empeora día a día sin que se vea una solución a mediano plazo, el desmantelamiento del sistema de salud pública, el deterioro total del sistema educativo infiltrado por consignas políticas y muchos otros etcéteras, que hacen del pueblo venezolano una especie de supervivientes al mejor estilo de un documental de National Geographic.

Muchos ya se están proyectando hacia la elecciones presidenciales del 2024, pero no se puede hacer sin conciencia de lo que eso implica.

Se debe tener el respaldo de millones, tanto dentro como fuera el país, garantizar el derecho a la participación de los que huimos del régimen,  se debe luchar por el mejoramiento de las condiciones electorales, por la inclusión y el real depuramiento del registro electoral.

En fin es mucho el trabajo por delante, pero todo pasa por la organización y eso comenzara cuando se tenga una estructura y un liderazgo sólido.

Toca por el momento llenarnos de esperanzas, aprovecho estas últimas líneas para enviar un gran abrazo de agradecimiento a quienes me apoyan divulgando los artículos, ellos saben quiénes son, mis mejores deseos para ellos y sus familias, que la Virgen del Valle los cuide siempre.

Me despido por el momento, recordando nuestras Navidades como siempre con un simple: ¡Faltan cinco pa’ las 12:00, el año va a terminar, me voy corriendo a mi casa a abrazar a mi mama!

Así de simple y sencillo!!!!

Reinaldo Aguilera R.

@raguilera68/@AnalisisPE