Una canción anticipó que motivó el crimen, cómo se cometió y quiénes lo hicieron.

No se puede afirmar con certeza que una canción haya sido el motivo para reabrir el caso del rapero Canserbero, asesinado en enero de 2015, pero sí se puede decir que la canción contiene algunos detalles que coinciden con la confesión de Natalia Améstica, la exmánager y asesina confesa del artista.

La canción se llama “4 Sapos” y es interpretada por el rapero Saimón MC.

En la letra, Saimón MC acusa a Natalia Améstica, a su hermano Guillermo, y a los raperos KPU, cantante que se apropió de temas de Canserbero, y Apache de estar involucrados en el doble homicidio de Canserbero y Carlos Molnar.

La canción fue publicada en el año 2021, dos años antes de que Natalia Améstica confesara el crimen ante un Tribunal de Control.

Es posible que la canción haya llamado la atención de las autoridades o de los familiares de las víctimas, y que haya contribuido a generar presión para esclarecer el caso.

Sin embargo, no hay evidencia de que la canción haya sido la causa directa o única para reabrir el caso.

Conforme al sistema de la libre valoración de la prueba, que es el que rige en el proceso penal venezolano según el Código Orgánico Procesal Penal, la canción publicada por Saimón MC pudo ser considerada como un medio de prueba, siempre que cumpliera con los requisitos de pertinencia, utilidad y licitud.

La pertinencia se refiere a la relación que tiene la prueba con el objeto del proceso, la utilidad se refiere a la capacidad de la prueba para aportar elementos de convicción al juez, y la licitud se refiere al respeto de las normas y los derechos fundamentales en la obtención de la prueba.

En este sentido, se podría argumentar que la canción es pertinente, ya que se refiere al hecho delictivo que se investigó, y que es útil, ya que contiene detalles que coinciden con la confesión de Natalia Améstica y que podrían servir para identificar a otros responsables o cómplices.

Sin embargo, la licitud de la canción es cuestionable, pues se desconoce el origen de la información que maneja el intérprete, y si esta fue obtenida de forma legal o ilegal; pudiendo ser impugnada por las partes acusadas, de considerarse como una prueba falsa, manipulada o fabricada con el fin de incriminarlos.

De ser ponderada como prueba en el debate oral o juicio, la canción, por sí sola, no sería suficiente para probar la culpabilidad o inocencia de los involucrados, pero podría ser un elemento más dentro del conjunto probatorio o pruebas presentadas en el proceso, siempre y cuando exista coherencia y concordancia entre ellas.

Innegable, la canción revela indicios sobre el homicidio, como, por ejemplo:

1) hace referencia a los cuatro supuestos responsables del crimen,

2) menciona detalles que coinciden con la confesión de Natalia Améstica, como la participación de su hermano, y la motivación económica y sentimental, y

3) revela información que no se había hecho pública, como el nombre del testigo clave que presenció el crimen, y el nombre del funcionario que manipuló la escena del crimen.

Estos indicios, que posiblemente utilizó la fiscalía, serían una prueba indiciaria o indirecta, aquella que permite establecer la existencia de un hecho delictivo o la responsabilidad de una persona a partir de otros hechos que se encuentran plenamente probados y que guardan una relación lógica y razonable con el hecho que se quiere demostrar.

En el caso del rapero Canserbero, la fiscalía presentó una serie de indicios para sustentar su acusación y desvirtuar la versión inicial que se había dado sobre el caso, muchos de los cuales coinciden literalmente con detalles contenidos en la canción 4 Sapos de Saimon MC. ¿Simple coincidencia?

En conclusión, la canción 4 Sapos de Saimón MC no solo es una obra musical que denuncia una injusticia, sino también una fuente de información que contiene indicios relevantes para el esclarecimiento del caso Canserbero.

La canción anticipó muchos de los detalles que luego fueron confirmados por la confesión de Natalia Améstica y la investigación de la fiscalía.

José Luis Centeno S. (@jolcesal)