Dos temas ocupan y preocupan a los venezolanos en líneas generales. Las elecciones del 28 de julio y la muerte del teniente Ronald Ojeda Moreno.
El primero estaba cantado pero nuestra inútil oposición sólo da más demostraciones de su falta de criterio político y de su entrega a las fuerzas del mal.
Ojo, defino como fuerzas del mal a todo aquel que no le importa el futuro de Venezuela y en eso también está incluido el gobierno.
Todo aquel que pone la suerte de Venezuela en manos extranjeras, (asesores cubanos, rusos, chinos o del medio oriente en áreas vitales y los que esperan la invasión de los Marines) integran esas fuerzas del mal porque a ellos no les importa el país, sólo sus intereses y aunque eso es lógico, no puede ser que nuestro gobierno y nuestra oposición lo hagan en función de, unos mantenerse en el poder, y otros destruir el país para llegar al poder.
Ni a Putin, ni a los cubanos, ni a Trump o Biden les importa Venezuela: sólo quieren su oro, su petróleo y sus materiales estratégicos y la gente que vea cómo sobrevive.
Nicolás Maduro Moros tiene una semana en campaña. Antes de que se conociera la fecha que “anunció” el CNE andaba recibiendo el “calor” de Venezuela, recorriendo el territorio venezolano donde era “recibido calurosamente” según los “genios” que dirigen el diario El Universal (cuiden las formas, vale).
María Corina Machado Parisca anda engañando gente y creando falsas esperanzas. Dijo que hará un anuncio importante el 21 de marzo. Será que va a decir que llega la primavera en el hemisferio norte y el otoño en el hemisferio sur.
Porque ella puede tener razón, que su inhabilitación es ilegal, pero el gobierno tiene el poder y hace lo que le da la gana.
Entonces, no se puede pretender llevar la gente a un matadero en función de una candidatura que murió al nacer.
No señor, ya está bueno de “locoldadas” o de “Ledezmadas”, seamos serios, si van a exponer vidas, ustedes de primeros y los veremos caer como a Neomar u a Oscar Pérez, o tantos muchachos que mandaron al frente como carne de cañón.
Los venezolanos detrás apoyándolos, pero ustedes de primero. No hagan como Chávez, por favor, que se rindió cuando escuchó el primer traquitraqui.
El caso del teniente
Todo hace pensar que el teniente Ronald Ojeda Moreno, se les murió a sus torturadores.
Claro que se lo llevaban para Venezuela pero mandaron a los mismos que cuidaban la ventana por donde se “lanzó” Fernando Albán.
Y a los tipos se les fue la mano. Seguro eran alumnos de los que torturaron a Jorge Rodríguez Padre en el gobierno de CAP I.
No fue el Tren de Aragua. Carajo, sí el Tren de Aragua tiene ese nivel de sofisticación, prepárense en Rusia y en Estados Unidos porque los tipos los derrocan y son gobierno.
Tendrán que entrenar a las fuerzas de seguridad con Tom Cruise en Misión Imposible para que eso no pase. O llamar a los “viejitos” de Los Indestructibles.
Lo que dicen los medios chilenos hasta ahora es que fue una operación militar.
Cuatro comandos, dos venezolanos y dos chilenos, con disfraces de la PDI se llevan al muchacho de su casa.
Dos lo vigilaron durante días. Para eso usaron al Tren de Aragua y dos buscaron los vehículos para la salida.
Gracias a los cubanos se consiguió la información de los puntos ciegos en la autopista y la dirección de Ronald Ojeda. (Favor no olvidar que Boric forma parte del gobierno allendista y desde esa época hubo esas conexiones, así que no tenían que pagar para conseguir la información).
Ahora, el gobierno chileno tiene un patuque entre las manos. Ese caso los va a afectar y hará que ganen los otros.
Chile es más extremista, o se es de derecha o se es de izquierda, allá no hay intermedio o como dirían los “tolerantes” de Leopoldo, Antonio y María Corina, “alacranes” o falsa oposición.
No puede admitir que ayudó al gobierno de Nicolás Maduro pero tampoco puede asumir la responsabilidad, por lo tanto para todos ¿Qué mejor cosa que el Tren de Aragua?
La pregunta lógica es: ¿Qué sabía ese muchacho que tenía aterrado al gobierno de Maduro y Boric para que se hiciera esa operación?
Para qué todo eso. Ya tenían a Ángelo Heredia y a Rocío San Miguel.
Lo bueno para Nicolás de esa metida de pata de ese “comando” es que aterró a los venezolanos que viven haciendo oposición desde el exterior con dineros de la Fundación Simón Bolívar, la extensión de ese “fenómeno” de la política y de las empresas Fitnes, Juan Guaidó.
Lo malo para Nicolás es que ahora se parece más a su tocayo de Rumania. Y tiene en común ese detallito con CAP I. ¿Qué tal?
Carmen Carrillo