Un grupo de científicos ha rastreado el origen, domesticación y uso del cacao y reafirma que la planta (Theobroma cacao) no se originó en Centroamérica, sino que en Sudamérica, según detalla un estudio publicado por la revista Scientific Reports.
El T. cacao es un árbol tropical de hoja perenne que produce grandes cápsulas ovaladas con semillas de cacao en su interior, las cuales se utilizan para fabricar el chocolate, el licor y la manteca de cacao.
Origen situado en Ecuador
Los investigadores analizaron los residuos detectados en más de 300 cerámicas precolombinas de casi 6.000 años de antigüedad provenientes de Sudamérica y Centroamérica. La idea era encontrar restos de ADN de cacao y tres compuestos químicos relacionados con él, incluida la cafeína.
Tras sus análisis, los científicos descubrieron que la rápida expansión del cacao a través de las rutas comerciales tras su domesticación ocurrió hace más de cinco milenios en Ecuador. La evidencia muestra la dispersión del cacao por la costa noroccidental del Pacífico de Sudamérica y, posteriormente, por Centroamérica, hasta llegar a México 1.500 años más tarde.
«Antes se creía que el cacao se domesticó en las tierras bajas de Mesoamérica (México y Centroamérica) y que desde allí se dispersó hacia el sur», cuenta el arqueólogo y coautor del estudio, Francisco Valdez. Sin embargo, ahora «podemos afirmar con rotundidad que el origen del cacao y su domesticación fue la Alta Amazonia y no en los trópicos de Mesoamérica», plantean los autores.
Uso extendido en las culturas precolombinas
Los restos hallados en las cerámicas indican que el uso de productos derivados del cacao estaba más extendido entre estas antiguas culturas precolombinas de lo que se sabía hasta ahora. Por ejemplo, de las 19 culturas estudiadas, la cerámica de las culturas Valdivia (Ecuador) y Puerto Hormiga (Colombia) muestra algunos de los primeros usos del cacao.
Otro estudio publicado en 2018 ya había situado la domesticación y el uso del cacao hace unos 5.300 años en Ecuador, basándose en la evidencia de la cerámica del sitio arqueológico Santa Ana-La Florida.
La dispersión del cacao desde Ecuador hasta Mesoamérica pudo producirse a través de vastas redes político-económicas interconectadas: «Fue bastante rápido e implicó la interacción estrecha y a larga distancia de los pueblos amerindios. Los contactos marítimos debieron de ser tan importantes como los interiores», afirmó Valdez.
Antes de que los europeos llegaran a América hace cinco siglos, culturas como la azteca y la maya lo preparaban como bebida, mezclado con diversas especias u otros ingredientes: «El cacao como planta es un alimento fuente de energía, además de un producto medicinal», añade Valdés.
«Los pueblos amerindios lo utilizaban de muchas maneras. Crudo, se chupaba la pulpa. La (semilla de cacao) se podía cocer, tostar, moler y convertir en alimentos líquidos y sólidos. La corteza, las ramas y la mazorca se pueden quemar, y las cenizas son un antiséptico. También se utiliza para aliviar inflamaciones y llagas cutáneas o musculares», concluye el experto.
JU (efe, rtre)/DW Actualidad