El presidente de Rusia, Vladimir Putin, reconoció este lunes (25.03.2024) que el atentado del viernes (22.03.2024) cerca de Moscú, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), fue cometido por «islamistas radicales», pero insinuó de nuevo que podrían tener relación con Ucrania.
Por su parte, Kiev y los occidentales han negado tajantemente cualquier relación entre las autoridades ucranianas y los autores del ataque que, según un nuevo balance, dejó al menos 139 muertos.
Más de dos años después de su ofensiva a gran escala contra Kiev, Putin dijo que el ataque podría tener algo que ver con Ucrania y sus partidarios. «Sabemos que este crimen fue cometido por islamistas radicales con una ideología contra la que el mundo islámico ha estado luchando durante siglos», dijo en una reunión del gobierno retransmitida en televisión, relacionando por primera vez el ataque con los islamistas.
«Sabemos quién cometió esta atrocidad contra Rusia y su gente. Lo que nos interesa es el patrocinador», agregó, pidiendo una investigación «profesional».
«Es importante responder a la pregunta de ¿por qué los terroristas, después de su crimen, intentaron irse a Ucrania? ¿Quién los esperaba allí? Aquellos que apoyan al régimen de Kiev no quieren ser cómplices del terror y partidarios del terrorismo, pero surgen muchas preguntas», afirmó.
«De inmediato nos preguntamos ¿quién se beneficia de esto? Esta atrocidad puede ser un nuevo vínculo con quienes, desde 2014, han estado luchando contra nuestro país a través del régimen neonazi en Kiev», aseguró, retomando su discurso de que la ofensiva en Ucrania tiene como objetivo derrocar a un supuesto régimen neonazi.
«Y los nazis, es bien sabido, nunca han desdeñado utilizar los métodos más sucios e inhumanos para lograr sus objetivos», afirmó.
Durante el fin de semana, Putin y su servicio de seguridad, el FSB, no mencionaron la implicación yihadista y apuntaron a la pista ucraniana, desmentida por Kiev y los gobiernos occidentales.
ee (afp, efe)/DW Actualidad