Un grupo de policías sin orden de captura ni prueba alguna, interceptaron a una comerciante y no sólo se la llevaron para detenerla, sino que además le quitaron un bolso donde la señora traía el dinero que había producido desde su bodega y su restaurante en el municipio El Callao.
Los uniformados quienes se desplazaban en vehículos sin identificación y ellos mismos no portaban uniformes, luego de interceptarla y obligarla a desplazarse en su vehículo con dirección a la sede del Cicpc, terminaron golpeando al hijo de la señora, a la nuera y llevándose preso al esposo de la dama.
Pero eso no comenzó allí.
En la declaración que ofreció Daisy Cordero, explicó que ella junto con su familia regresó como lo hace cada dos meses a su casa de San Félix en horas de la noche.
Recuerda que esa noche los perros ladraron mucho y eso la despertó.
«Vivimos y trabajamos en El Callao porque la situación país nos mandó para allá. Bajamos temporalmente, cada dos o tres meses porque también tenemos nuestra casita aquí. Anoche cuando llegamos, guardé el carro y me acosté. Cómo a las 12 de la noche escuché a los perros ladrar y cuando prendo el televisor para revisar las cámaras no vi nada. Luego a las 3 de la mañana vuelve a ladrar el perro pero no le presté atención. En la mañana cuando salgo, vi a pocos metros un Corolla Sensación pero no le presté atención porque yo no tengo problemas con la justicia ni con nadie y un Getz azul oscuro», manifestó.
Precisamente quienes la interceptaron identificándose como policías, aunque iban de civil y los vehículos no tenían ninguna identificación oficial, se desplazaban en un Sensación Corolla y en un Getz azul oscuro. Los mismos que ella vio a la puerta de su casa cuando salía en horas de la mañana.
«Por la avenida cerca del cementerio me interceptan dos carros. Se bajan unos policías apuntándome y diciendo ‘bájate del carro, bájate del carro», expresó Daisy Cordero, comerciante y residente de San Félix, municipio Caroni.
De acuerdo a Cordero, los funcionarios quienes se identificaron como pertenecientes a la División Contra Drogas de la Policía Nacional Bolivariana, se desplazaban en un vehículo Corolla Sensación, gris, sin placas; y un Getz, color azul oscuro.
Dichos vehículos, según lo declarado por la mujer, estaban merodeando su vivienda desde la noche cuando llegaron de la población de El Callao, dónde también tienen una residencia y sus negocios (una venta de comida y una bodega).
Cordero refirió que ella estaba junto a su esposo Sergio José Orense, a quien dejaron detenido e imputaron por presunto microtráfico de drogas. Presuntamente le habrían encontrado 33 gramos de droga en un bolsillo, ¿Qué tal?
Acusación que fue desmentida por los parientes ya que aseguran que durante el procedimiento el hombre solo cargaba un bolso con 5 mil dólares.
Dinero que, según lo relatado, «se lo quitaron junto a los celulares».
La mujer añadió que, desde un principio los oficiales les habrían dicho que eran investigados por un caso de presunta droga.
Sin embargo, aseguró que los funcionarios nunca «presentaron una orden de aprehensión». Y por supuesto no les encontraron droga alguna.
Por otro lado, José Hernández, hijo de Daisy Cordero, reafirmó lo relatado por su progenitora.
Incluso, denunció que tanto él como su esposa Joselyn Medina fueron agredidos.
Daisy Cordero cuando fue interceptada por los presuntos policías tuvo tiempo de avisarle a su hijo vía celular.
«Cuando la alcancé, me le atravesé porque vi que uno de los funcionarios que iba en la parte trasera iba apuntando a mi mamá. Ellos se bajan gritando, diciendo que me llevarán preso».
Él evidenció hematomas en la cara, cuello y piernas. Mientras que su compañera sentimental presentó una lesión en un tobillo derecho.
Durante la tarde de este lunes, acudieron a la sede del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) para la revisión por el Servicio Nacional de Medicinas y Ciencias Forenses (Senamecf).
Los denunciantes mencionaron que interpusieron la denuncia ante el Ministerio Público, además responsabilizan a los funcionarios de lo que les pueda ocurrir.
Al señor Orense le dictaron privativa de libertad este miércoles, lo que nuevamente reactiva la idea de que existe una banda integrada por policías, e integrantes del Palacio de Justicia, pasando por alguaciles, secretarias, y jueces porque el procedimiento está bastante extraño.
Lo más raro es cómo la fiscalía superior del estado Bolívar, acepta dicho procedimiento sin que le extrañe absolutamente nada.
Al final parece que todo el «procedimiento» era para despojar de su bolso con 5 mil dólares a la señora, producto del trabajo de dos a tres meses en El Callao, desde su restaurante y de su bodega. Y parece que todos están en la jugada. Digo, las autoridades.