Una auténtica perorata dio el presidente Nicolás Maduro en su visita a Guayana, donde inauguró la Expometal.
Lo hizo en medio del cementerio de empresas que sobreviven boqueando, como la abuelita de Jaimito, cada vez que el muchacho se le lleva la bombona de oxígeno.
El Jefe de Estado es el candidato presidencial del chavismo o del Psuv, como prefieran los exiguos lectores que yo pueda tener.
Ustedes saben entre la falta de energía eléctrica y el mal servicio de Internet, es un milagro que alguien pueda leer algo digital, amén de los cierres y persecuciones, que el gobierno pone en marcha cada vez que algún burócrata se levanta con ganas de quedar como un héroe ante el Jefe Supremo.
Así que ya anda en campaña, mientras la oposición está como los amigos que residían en Constantinopla, discutiendo estupideces, mientras a sus muros llegaba el Imperio Otomano los conquistaba y los acababa.
Lo mejor que tiene una campaña electoral para el gobierno es que al candidato, en este caso Nicolás Maduro, le entra el Espíritu Santo y comienza a ofrecer a diestra y a siniestra. Quiere hacer en 4 meses lo que no ha hecho en 10 años. Pero además es bueno, es chévere.
Claro antes no lo dejaba el bloqueo del imperio, pero ahora, hay un atisbo, una rendijita, por donde pasa la luz y se ilumina ese túnel.
Sí señor, el Espíritu Santo que le baja al Presidente es tan bueno que Maduro dijo que venga quien quiera a observar las presidenciales de Venezuela.
Hasta ahora ha mantenido las formas. No ha tenido que llegar a los extremos de la Madre Patria, (España o Cuba, escojan) o Nicaragua; o Rusia, todos ellos tienen métodos para salir de los adversarios. Cuestionables, pero bueno.
Todavía ejerce democráticamente, aunque hay quienes duden de eso.
Mientras tanto nuestra querida y nunca bien entendida oposición está como en fiesta de cucaracha cuando le llega el comando Baygón: Están todos locos.
La candidata millonaria porque según ella, sacó 2.500 millones de votos, anda “llevando esperanzas” y engañado gente. Mentira sobre mentira, así construye nuestra oposición. Como el gobierno. En eso se parecen.
El resto de la oposición, toda está alineada o alienada, (pueden llegar a ser sinónimos, en el caso de ellos) detrás de la candidata que no lo va a ser pero que ha decidido junto con el Conciglieri de Ledezma y el Pater Family de Leopoldo, asesorados por el Consejo de Familia integrado por Borges, Diego Arria, Juan Guaidó, los Guanipa, Alberto Federico Ravel, entre otros, que ella se va a inscribir y luego va a ser candidata para “acabar con Maduro”.
Claro que todos queremos salir de Maduro, del chavismo y compañía, pero esta gente siempre hace lo posible para que eso no pase.
En el caso de esta gente de oposición el escenario seguro es un nuevo gobierno interino, esta vez con María Corina como presidenta y con todos los demás ocupando un país que se inventaron que tiene presidente, TSJ, Procuraduría; embajadores; oro en Londres; a Citgo; a Monómeros; Asamblea Nacional pero que no existe.
El otro escenario es ese que le gusta tanto a Leopoldo: Derrocar al gobierno, matar al presidente y asumir la conducción de la nación con el apoyo de los gringos y de todos los catiritos de la película que ellos se inventan.
Menos mal que el gobierno de Maduro cuenta con el apoyo de Cuba, China, Rusia y en menor medida de Estados Unidos y uno que otro país europeo.
Y digo menos mal porque el experimento de Haití con el asesinato de Jovenel Moise, tiene al país sumido en la destrucción interna.
Yo sí creo que de llegar a ocurrir algo así en Venezuela, todos esos grupos subversivos y trenes activos que el gobierno ha construido, harían lo mismo que el malandro que ahorita dirige la pequeña nación caribeña.
Así que la oposición, por floja, por sinvergüenza, por poco inteligente, no tiene muchas opciones.
O se buscan un candidato que pueda ganar y dejan de hablar mal de todo el mundo o se van para el carajo, a seguir disfrutando de la plata que se han robado, al igual que los chavistas, verbigracia Tarek El Aissami, por sólo mencionar un ejemplo, porque de ese lado hay muchos, casi como del lado de la oposición.
¿Y qué cosas todos viven en el exterior? Hasta Guaidó. Menos mal que María Corina habla varios idiomas. Ella no va a pasar trabajo afuera.
Carmen Carrillo