El aquelarre de las redes sociales hace en estos momentos un altar para inmolar allí a quienes osaron contrariar la Voluntad Popular de María Corina Machado, Antonio Ledezma y Leopoldo López.
Los venezolanos en líneas generales son muy ingenuos. Sobre todo en política.
Más de uno se creyó el cuento de “Hasta el Final”, sólo que ellos nunca se dieron cuenta que la verdad verdadera de todo era el final de ellos, los venezolanos, de más nadie.
Lo bueno de lo malo en política es que María Corina, esa especie de Atila femenina, acabó con un poco de bates quebrados que aceptaron mansamente ese control mental que la dama les aplicó.
Cosa, que por cierto, no deja de ser interesante y hace pensar en Jacobo Grinberg, el investigador mexicano que creo la Sintergia, el pensamiento sintérgico, en el que expresa que el ser humano vive en una matrix y no se ha dado cuenta.
Claro Jacobo Grinberg se perdió hace años. Nadie sabe dónde. Unos dicen que lo secuestró la CIA y lo tienen trabajando para ellos en eso del pensamiento sintérgico y otros que lo mató la mujer y lo desapareció.
Todos los que participaron con María Corina, en las primarias confeccionadas a imagen y semejanza de ella ya no podrán molestar más ni plantear nada más. Pasaron a retiro junto con la dama de límpidos blasones.
Todos los que insistieron en la tesis loca de suicidar a un país con una candidatura inhabilitada (ilegal o no) deben dar el ejemplo: Si quieren suicidarse está bien, pero esa no es la idea.
La idea es que se vayan para su casa a jugar con sus nietos, los que tengan; a cuidar el ganado que tengan; a sembrar flores y orquídeas para que engrosen la generación de Orquidiotas como se llaman quienes cultivan ese portento de la naturaleza.
No traten de postularse a candidatos de nada. Imagínense que están en el baile de las sillas y ustedes perdieron. O sea, se quedaron sin sillas.
Es verdad el gobierno de Nicolás Maduro es malo, porque los venezolanos hemos visto como un país se ha ido deconstruyendo pero no para mejor sino para hundirnos a todos en la más profunda tristeza y miseria, mientras los del gobierno mejoran su calidad de vida.
Y a las pruebas me remito: El incremento de los casos de suicidio, sobre todo de jóvenes y las violaciones de menores, por parte de familiares, amigos o conocidos de las casas; amén de los estúpidos que les da por torturar animalitos, matarlos y mostrar todo en las redes sociales.
A esa oposición de corcho, de mentira, que sólo sabe flotar usando a los demás como balsa, se le reclama haber estafado la esperanza de los venezolanos.
Desde el 2015 se han dedicado de forma consuetudinaria a meter la pata y a mostrar una absoluta falta de respeto por el venezolano.
Va siendo hora que se retiren pero no a sus cuarteles de invierno. No. Váyanse. O quédense en su exilio dorado. Pero eso sí monten un negocio porque ya está bueno de seguir viviendo de la miseria de los venezolanos a la que han contribuido casi igual que el gobierno de Maduro.
Les digo como Terminator: Hasta la vista Baby.
Carmen Carrillo
