En el último segundo del lapso que el CNE definió como espacio para la inscripción de candidatos presidenciales, Manuel Rosales, gobernador del estado Zulia, estampó su firma en la solicitud ante los representantes del organismo electoral del país.
Fue el número 13 y con el cerró el proceso de inscripción. Los otros son Nicolás Maduro, Luis Eduardo Martínez, Antonio Ecarri, Juan Carlos Alvarado, Daniel Ceballos, Benjamín Rausseo, Javier Bertucci, José Brito, Claudio Fermín, Luis Ratti, Enrique Márquez y Pablo Zambrano.
Fue un verdadero viacrucis el que tuvo que hacer el llamado filósofo del Zulia porque desde la semana pasada la locura fue la línea argumental de la oposición, en función de lograr que María Corina Machado, fuera la candidata aunque estuviera inhabilitada.
A cuenta de ser la presunta ganadora de unas primarias arregladas por ella, Sumate, Leopoldo López con su experiencia en Voto Joven; Antonio Ledezma, desde la Madre Patria y por supuesto Los Notables, conformado ya por la cuarta generación del llamado mantuanaje caraqueño, el país tenía que aceptar que sólo ella y nada más que ella debía ser la candidata presidencial aunque no pudiera.
Rosales nunca apareció dándole el respaldo a María Corina, aunque en la primera foto de la señora con su “sustituta” la académica Corina Yoris Villasana, el primer asomado era Omar Barboza, que hasta donde sabemos es de UNT.
Incluso, horas antes de que María Corina sacara de una chistera a la docente e individuo de número de la Academia de Filosofía y Letras, (suponemos que de Venezuela), Corina Yoris Villasana, hubo una reunión entre la Dama antañona y el nativo de Santa Bárbara del Zulia.
Manuel Rosales fue alcalde de Maracaibo por dos períodos y gobernador por dos lapsos consecutivos, entre 2000 y 2008. Y desde el 2021 ocupa nuevamente la primera magistratura.
Estuvo preso acusado de intento de golpe de Estado y de presunta corrupción, tuvo que asilarse en Perú y en ese interín el gobierno de Hugo Chávez a través del ministro de Tierras, Elías Jaua, le expropió su finca La Milagrosa en el estado Zulia.
Es un hombre acostumbrado a dar la pelea. Perdió con Chávez la candidatura presidencial pero no tiene miedo de volver a intentarlo porque está convencido que “Venezuela no nos va a perdonar más errores”.
Manuel Antonio Rosales Guerrero puede caer bien o mal, pero lo que nadie puede negar es que siempre ha dado la cara, tiene un estilo propio de hacer política, es decir no copia a nadie ni se parece a nadie y ha hecho siempre una buena gestión en el Zulia, pues su devenir en el estado del Sol Amado, lo ha acompañado en cinco oportunidades. Y eso en política es muchísimo. Además de que los zulianos son difíciles y sí siempre lo han acompañado, por algo será.
Carmen Carrillo