Buenos Aires (Xinhua) — Científicos argentinos hallaron en la Antártida restos de una nueva especie de reptil extinto hace 67 millones de años, un descubrimiento que permite echar luz sobre un proceso evolutivo desconocido hasta ahora y comprender la conexión entre otros géneros hallados en Chile, Nueva Zelanda y la Antártida occidental.
El argentino Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) informó hoy miércoles en un comunicado que el hallazgo corresponde a un elasmosáurido, un reptil marino que convivió en la última etapa de los dinosaurios.
El descubrimiento, que estuvo a cargo del científico argentino José O’Gorman, ocurrió en cercanías de la Base Marambio, principal nodo logístico argentino en la Antártida.
«Empezamos cavando por la línea del cuello, a contrarreloj y con mucha expectativa frente a la idea de llegar al cráneo, una parte que pocas veces se conserva», relató O’Gorman, investigador en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata.
El investigador remarcó que «el estado de preservación general es excepcional, incluso del material craneano, aunque no está completo. Y se trata de restos articulados, lo cual tampoco es frecuente».
Además, profundizó, fue posible «confirmar no solo que es una especie nueva, sino que tiene características particulares que nos permiten ubicarla como una forma de transición entre dos grupos que habitaron el hemisferio sur, echando luz al proceso evolutivo y la conexión entre otros géneros hallados en Chile, Nueva Zelanda y la Antártida occidental».
El nuevo espécimen fue bautizado Marambionectes molinai, en honor, por un lado, a la base Marambio y, por otro, a Omar Molina (1937-2022), integrante del Museo de La Plata, primer técnico en la paleontología argentina en ir a trabajar a la Antártida en la década de 1970.
La información oficial explicó que los elasmosáuridos forman parte del grupo de los plesiosaurios, reptiles que se adaptaron secundariamente a la vida acuática. Vivieron durante el Mesozoico, que se extendió entre los 250 y 66 millones de años atrás, y se extinguieron junto con los dinosaurios.
El CONICET precisó que el hallazgo tuvo lugar en 2018, pero recién ahora se confirmó, con su publicación en la revista «Journal of Systematic Palaeontology».