Carlos Prosperi, aspirante por AD en las primarias para ser candidato presidencial y yo debemos ser los únicos ilusos, por no decir gafos, que creemos en verdad que las primarias funcionan bien.
El aspirante por AD no sabe dónde va a votar y yo tampoco. Formo parte de los 300 mil venezolanos que nos inscribimos desde el exterior para votar en las primarias pero mi Centro de Votación es el (990401001) – Buenos Aires, la mesa es la 8, tomo 1, página 5, renglón 11. Aparentemente eso sería la Embajada de Venezuela, sección consular.
Pero no creo que ese día la embajada esté operativa. Así que sí, supongo que soy una ilusa por no decir gafa como Carlos Prosperi que debe ser el otro iluso.
Lo cierto del caso es que no hizo falta que el gobierno metiera la mano en el asunto de las primarias. La misma oposición, como siempre, lleva por la calle del sufrimiento este proceso.
Todos los días renuncia algún miembro de junta mientras el que yo creía era un héroe sin capa, Jesús María Casal, está desaparecido en acción.
Nadie quiere asumir el fracaso. Ustedes saben, el éxito tiene abundantes padres pero el fracaso, generalmente es huérfano.
El domingo renunció Henrique Capriles. Pronto lo hará Freddy Superlano, sólo que Leopoldo López, está analizando quien debe decirlo, si Superlano o si María Corina Machado, la salvadora de Venezuela, la tipa del “hasta el final”.
Claro ella nunca supo que esa frase sería lapidaria porque por allí vamos.
Posteriormente lo hará mi compañero perdido de su centro electoral, Carlos Prosperi. Sí, no se sorprendan, el próximo será el muchacho de AD que como María Corina “está arrasando”.
Ah, estos aprendices de políticos son buenos para caerse a coba ellos mismos porque nadie les cree nada. Ni el Credo de rodillas.
Pero sigamos con el fracaso de las primarias. Repito, gracias a Dios que el equipo de Sumate, ese “trabuco” que María Corina ofreció para organizar la parte técnica de las elecciones está haciendo bien su trabajo, sólo que nadie sabe dónde porque no se ve nada.
Ah, claro todo es en la oscuridad, que como diría Simón Bolívar, no prospera sino el crimen, pero en el caso de ellos, es para que el gobierno no lo sepa y le compre a la gente, jajajajajajaajaja. Hay que reírse para no sentirnos peor.
El ciudadano que ganó la licitación para hacer los Cuadernos de Votación, se retiró porque nadie ha mostrado el color de la cartera para pagar el trabajo y el feliz ganador dijo que él no iba a financiar de su bolsillo eso.
Ningún candidato ha puesto ni un dólar para la campaña. Se decidió que ese día sólo se le dará una comida a la gente, (la que consigan para trabajar en las mesas, como coordinadores, como monitores y todas esas monsergas que se inventan los que dicen ser de la Sociedad Civil como lo máximo en democracia).
Cada quien tendrá que llevarse su botellita de agua. Su sillita y hasta la caja para meter “los papelitos” como dice la reina de la irresponsabilidad, mejor conocida como María Corina.
En fin, hay que admitir que en la oposición no se cansan de hacer el ridículo y lo que es peor no aprenden.
Los Notables entre 1989 hasta 1993 hicieron su trabajo y defenestraron a un presidente electo democráticamente, porque el tipo les dijo que ya no les daría más dólares del Estado, que debían producir los suyos.
Chávez se los quitó sin avisarle pero ellos querían a Chávez. Ahora tenemos a Maduro que según los habladores de estupideces de la oposición no sabía de política porque era un sindicalista y chofer de metrobús.
Bueno resulta que el tipo los ha llevado como casabe pa’ Soledad, doblados y bajo el brazo. Y eso que él no es un dechado de inteligencia, pero bueno así serán de malos estos políticos de oposición que un sindicalista los tiene sometidos y entre Maduro y esa oposición acabaron con el país y crearon la diáspora más grande de un país sin haber sufrido una guerra. Pero “vamos hasta el final”, sí señor.
Lo bueno de todo esto es que si siguen renunciando los candidatos de las primarias, María Corina corre sola por la pista y el abuelo de los candidatos, Andrés Velásquez, llega de segundo. Todo es posible.
Maulas
Los periodistas que se hicieron acreedores de los premios regionales de la gobernación del estado Bolívar, sienten que como que se los vacilaron. Fue en junio y ya casi termina el año.
Esta es la hora en que no les han pagado sus premios y tampoco les han entregado sus reconocimientos.
Sobre las estatuillas, parece que las mandaron a hacer afuera con algún artista de esos de avanzada, que pululan en los alrededores de los gobiernos de izquierda.
Y en cuanto a los premios en metálico, el gobernador Marcano, como buen sidorista no le paga a nadie. Ni a los proveedores y tampoco a los ganadores. ¿Qué tal?
Menos mal que yo no gané nada porque les aseguro que ya me hubieran pagado del escándalo que hubiera armado.
Carmen Carrillo