Después de una demora de más de 12 horas, por fin el avión de Rutaca que transporta a la Vinotinto desde Perú hacia Venezuela pudo despegar.
¡Atención! Con honores aeronáuticos acaban de recibir al avión que trajo de vuelta a la selección venezolana de Fútbol.
La vinotinto arribó al aeropuerto internacional Simón Bolívar en Maiquetía en el Estado Vargas la noche de este miércoles 22 de noviembre. pic.twitter.com/x7iFyHdWRb— Jesús Medina Ezaine (@jesusmedinae) November 23, 2023
Las razones de la demora y del maltrato no se conocen aun. Pero la presión de las redes sociales, del canciller Yván Gil y hasta del presidente Nicolás Maduro, hizo que el gobierno de Dilma Boluarte autorizara que le fuera puesto combustible a la aeronave y su salida.
Extraoficialmente se conoció que según Perú que el avión venezolano no pudiera cargar gasolina era un problema administrativo.
Trataron de decir aunque no lograron explicarlo que era producto de las sanciones que el gobierno norteamericano tiene sobre la nación caribeña, sólo que en Perú no se han enterado que muchas de las sanciones se han ido levantando.
Lo cierto del caso es que todo este incidente de carácter humano que se inició en televisión cuando un periodista peruano de nombre Peter Arévalo, a quien conocen como Mister Pits, dirigió una mesa deportiva para analizar el encuentro entre la selección venezolana y la peruana, días antes del partido.
En un momento uno de los asistente dijo que si la selección venezolana ganaba, las chamas suben o bajan su precio e inmediatamente, entre ellos Mister Pits, empezaron a decir que subían.
Eso generó tal malestar no sólo entre los venezolanos que estoicamente resisten los maltratos y las agresiones, que nunca han sufrido sus connacionales en Venezuela donde cuentan con amplias comunidades que hasta anunciantes retiraron sus productos del programa de Mister Pits, quien además terminó siendo echado y señalado por otros periodistas peruanos, sobre todo mujeres quien expresaron que así como la mujer venezolana ha sufrido este tipo de ataques y maltratos, la mujer peruana es víctima del mismo tratamiento desde hace años.
Lo cierto del caso es que quedó muy mal el gobierno de Boluarte, el periodismo peruano masculino y la policía peruana.
Mientras nuestra comunidad en Perú, la segunda más grande en el exilio, después de Colombia se mantiene a la expectativa y con temor ante los últimos acontecimientos.
Ojalá que lo ocurrido haga que en Perú recapaciten y se comporten con más altura.
Carmen Carrillo